martes, 21 de mayo de 2013

Nunca te arrepientas.

¿Qué queréis que os diga? ¿Qué la vida del estudiante es bonita? ¿Qué me arrepiento de tanto sufrimiento para que a lo mejor no me de la nota? La palabra arrepentimiento no está en mi vocabulario, arrepentirse no es de sabios, arrepentirse es de necios que cometerán de nuevo esos errores. Yo no me arrepiento, yo aprendo. Todos me dicen que hay mil cosas de las que arrepentirse: de no haber estudiado más, de no haber disfrutado cada minuto... Cada minuto que soy consciente que he derrochado, me hace pensar que voy a aprovechar el siguiente cuanto pueda. Quizás penséis que soy una niñata sin cosas de las que arrepentirse pero con mis años he pasado por cosas que poca gente soportaría, no quiero decir que sea mejor ni peor que nadie simplemente que tengo un ritmo alternativo. Quiero pediros, a todos, incluidos esos que pensáis que un "niñato" nos os puede enseñar nada que recordéis que llorar por lo pasado es malgastar el presente e hipotecar el futuro.
A veces la vida, sea la de un adulto con hipoteca e hijos o la de un adolescente con kilos de apuntes que estudiar, te pone obstáculos. Muchas veces esos obstáculos parecen imposibles y yo no soy de las que dicen eso de "nada es imposible" porque hay miles de cosas que lo son pero la palabra imposible es una etiqueta que tienes que poner tú y para eso necesitas intentarlo. Intentarlo hasta que no puedas más, ¿y si te caes? Te levantas. Un tal Edison dijo una vez "No he fracasado. He encontrado mil formas de no hacer una bombilla", ¿de verdad pretendes encontrar la forma se ser feliz a la primera?
Se que esto parece un sermón pero visto como están las cosas hoy no sabemos si mañana tendremos un futuro pero si no lo tenemos que sea por que nos lo quiten no porque hayamos dejado de luchar por él.
Cuando te caigas y no quieras levantarte, mira al techo y piensa que si hace años alguien se hubiera dado por vencido nada de lo que conocemos existiría.