Dime las veces que has dicho que no puedes con esto, que es superior a tus fuerzas.
Dime las veces que has sentido que el dolor podía contigo, que este túnel no tenía final.
¿Lo has hecho?
Perfecto, te habrán salido unas cuantas, quizás demasiadas pero... ¿Has visto donde estás? Leyendo esto y pensando en lo insuperable que era lo que has superado, lo que dolía lo que ya no te hace inmutarte.
Y por eso, hoy necesito que dejes de tener miedo porque se nos olvida que sin lluvia no hay arco iris porque para darnos cuenta de la importancia de una sonrisa, necesitas echarla de menos. Si no disfrutas del camino, con baches incluidos, si no aprendes a caerte, a levantarte, incluso a quedarte llorando en el suelo hasta que te falte el aire, no podrás disfrutar de los logros, de reír hasta que te duela el pecho y sobretodo, no aprenderás a disfrutar de la vida.
Pasamos demasiado tiempo planteando las malas consecuencias de nuestros actos y se nos olvida la parte en la que las cosas salen bien, sí, a ti, a esa persona a la que nunca le sale nada bien, siempre puede ser la primera.
Por eso hoy te tengo que pedir un favor, deja de pensar, deja de darle vueltas al mundo, deja de hacerlo difícil. Disfruta.
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