domingo, 22 de julio de 2012

Un día cualquiera...

Un día más estoy de fiesta, lo mismo de siempre, no hay nada nuevo hasta ese momento donde de repente mi mundo se detiene. Por la puerta entra él, la razón de mi sonrisa. El problema es que él nunca sabrá que lo es, siempre seremos 'buenos amigos'. Entra agitado, parece realmente nervioso, como si buscara algo. En un momento se encuentran nuestras miradas y se acerca, ahora parece tranquilo, ha dejado de buscar, ya no está inquieto, ahora simplemente sonríe. Se acerca, me abraza, me coge la mano y me hace un gesto para salir fuera. Su cara no es la misma, ahora está más serio. Estamos en la puerta de fuera y él está tan cerca... Uuf, estoy temblando, no puedo mirarle a los ojos, no puedo pero quiero. Acerca su mano a mi cara, la levanta suavemente y sonríe, me pregunta si tengo frío, niego con la cabeza y la vuelvo a agachar. Me siento tan estúpida, noto como las lágrimas empiezan a encharcar mis ojos, él se da cuenta y susurra que no me preocupe que él siempre estará. Ahora mis nervios tornan en enfado, le miro y le grito que no mienta más, que él no siempre estará, que siempre habrá otra a la que querrá más, que no se da cuenta que para mi no es suficiente ser una amiga más. Ni yo misma me creo que esté diciendo esto, paro, asustada y me intento marchar. Pero él me detiene, me paro, llorando y vuelvo a temblar. Espero impaciente y al final termino por mirar, en sus ojos no muestran enfado ni siquiera rechazo, muestran tristeza. Le miro sorprendida y simplemente mis labios pronuncian un tímido: 'Lo siento, te quiero demasiado como para seguir mintiendo.' Sin más desaparece la tristeza, vuelves a sonreír y rompes el silencio con un simple 'Más lo siento yo'. No entiendo nada pero sus labios se acercan a mis labios me besa, tan tierno, tan dulce, que me hace volar. ¿Qué pasa? Se para, me mira y empieza a hablar: 'Más siento yo haber sido cobarde y no haberte dicho que tú nunca has sido una más, eres esa con la que sueño despertar, la que esté a mi lado hasta el final.'

                    Son las siete y media, suena el despertador. Abro los ojos. Otro sueño más que nunca se cumplirá y del que me ha tocado despertar.

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